Remitido por CARLOS AIESTARAN
Este renovado Athletic Club inició la denominada Liga de la paz 1939-40 con nuevas ilusiones y entusiasmos que pronto darían sus primeros frutos.
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Enlazando con este Athletic Club de la
postguerra, la razón que me mueve a escribir este pequeño texto es doble: por
un lado, rescatar y reivindicar la figura del portero rojiblanco José Mª Echevarría Ayestarán, Echeva para sus compañeros de equipo, quien, en palabras de José María Mateos, fue un
“gran
portero de corta trayectoria pero brillante”, y, por otro lado, darle a
conocer a todos los aficionados al fútbol y, principalmente, a los seguidores
rojiblancos.
La idea de escribir este pequeño texto de
homenaje me llevaba rondando la cabeza desde hace tanto tiempo que ya ni
siquiera me acuerdo. No obstante, uno ha sido, principalmente, el factor
detonante que me ha inducido a llevar esa idea inicial a la práctica: los actos
conmemorativos del centenario del Athletic Club. En los mismos, bajo mi punto
de vista, la figura de José Mª Echevarría y, por qué no decirlo, también la de
otros y tantos otros, quedó totalmente eclipsada por la de los cinco magníficos –compañeros de equipo de Echevarría todos
ellos a excepción de Venancio– y, consecuentemente, sin ánimo de quitar ningún
mérito a los anteriores, pasó completamente desapercibida, justo en el momento
en el que correspondía hacer HISTORIA
con mayúsculas. Tan sólo, alguna que otra mención superficial en alguna que
otra publicación en diferentes soportes y en algunos casos incluso obviando,
supongo que por descuido, su paso por el Club y haciéndole desaparecer para
siempre de la historia del mismo.
Ya sé que es muy difícil ser objetivos a la hora
de intentar realizar un resumen de la historia de un club centenario y que, por
otro lado, es natural que algunos jugadores queden en el banquillo de los olvidados. Pero, no obstante y a pesar de todo,
José Mª Echevarría creo que cuenta con el palmarés deportivo suficiente para
ocupar un hueco en la historia del club, pequeño si se quiere pero hueco,
puesto que, si bien su vida deportiva fue efímera, ésta pudo calificarse de
sobresaliente.
Sea, pues, este pequeño texto, un homenaje a la
figura, tanto humana como deportiva, de José Mª Echevarría y a la de tantos y
tantos otros jugadores que han forjado la historia del Athletic Club, en
particular, y la del fútbol vizcaino, en general, y que, por unas u otras
razones, han quedado en el olvido y tan sólo ocupan un hueco en la memoria y en
el recuerdo de quienes les conocieron y fueron sus amigos y en el de sus
familiares.
Y para finalizar, antes de conocerle, tenga el
lector presente esta máxima euskaldun: izan
zirelako, gara; garelako, izango dira.
Echevarría nació en el barrio de Alango (Algorta) el 30 de octubre de 1920. Realizó sus estudios primarios en las escuelas de San Ignacio y le empezó a gustar el fútbol desde muy niño. Empezó jugando de portero y no cambió nunca de puesto. El primer equipo que integró, teniendo siete u ocho años, fue el de la escuela de San Ignacio. Echevarría se fue haciendo portero jugando contra los de las escuelas de Romo, Lamiako y La Plaza de Algorta. Era tal su valor y desprecio por su integridad física que los de su barrio le pusieron el sobrenombre de Pellejoduro.
Su carrera deportiva empezó, sin gran formalidad, en el año 1933, en el campo de Fadura y, posteriormente, en 1935 ‑tenía a la sazón tan solo quince años de edad‑ jugó un torneo con los de Acción Católica de San Ignacio contra los Agustinos de Portugalete, el Patronato de Sestao, la Catequésis de Santurce, Acción Católica de las Arenas, Acción Católica de Erandio y los Diablos Azules de Lamiako. Fue en este torneo donde se reveló como portero de porvenir. Quedaron los de Algorta los terceros después de haber marchado en cabeza hasta el sexto partido. Alternando con este torneo, multiplicándose, jugó otro más Echevarría, en el que participaron equipos de sólo los pueblos de Getxo y Leioa. Este segundo torneo se disputó por el sistema de eliminaciones a un partido, y fue organizado por Ángel Cuartango y Félix Zalduondo. Como valía pasar de cada equipo naufragado a otro que quisiese tomarle a uno, Echevarría cambió hasta ocho veces de equipo, jugando la final con el Puerto contra el Arsenal de la Cadena, que ganó aquél por cuatro a uno.
En 1936, del equipo de Acción Católica
de San Ignacio pasó a ser portero titular del equipo Neguri, en la categoría de
juveniles.
Después de la ocupación de Bizkaia por
las tropas nacionales, la vida en el
pueblo iba poco a poco normalizándose
y, poco más tarde, merced al torneo amateur de finales del año 1937 organizado
por el Athletic Club para recomponer el equipo, ingresó en el club rojiblanco
como aficionado en el segundo trimestre del año 1938. En el mencionado
torneo participó defendiendo los colores del S.E.U. de Guecho, equipo que quedó
en quinta posición.
La contienda bélica, no obstante, cortó
momentáneamente su carrera deportiva, puesto que tras la toma de Bilbao por las
tropas nacionales y la caída de
Bizkaia en su conjunto, es movilizado y llamado a filas en el cuarto trimestre
del año 1938.
Le licenciaron en el mismo año 1938, año en el que alternó su permanencia entre
el Bilbao Athletic Club y el Athletic Club, y en la temporada 1939-1940 ingresó
definitivamente en el Athletic Club, equipo en el que permaneció hasta la
temporada 1942-1943. Fue tristemente en esta temporada cuando inicia el
abandono definitivo del fútbol debido a una dolencia pulmonar.
Su primer partido oficial con el primer equipo fue el que se jugó contra el Atlético de Aviación en Madrid, el 18 de febrero de 1940 en el campo de Chamartín. En está ocasión el Athletic cayó derrotado por tres tantos a uno.
He aquí de
forma resumida el palmarés deportivo de la carrera futbolística de Echevarría:
·
Seleccionado cinco veces para representar a la Federación
Vizcaina.
·
Campeón regional de Vizcaya, con el Bilbao Athletic Club, en
el año 1939, título que posibilitó al club participar en la Copa del
Generalísimo del mismo año.
·
Subcampeón de Liga en la temporada
1940-41 (el Atlético de Aviación terminó la Liga con 33 puntos, y el Atlético
de Bilbao –el club debió cambiar su denominación oficial el 1 de febrero de
1941 como consecuencia de la puesta en vigor de una disposición gubernamental–
en segundo lugar, con 31.)
·
Portero menos goleado en la Liga
española de la temporada 1940-41 (sólo en 24 ocasiones lograron batir su
portería a lo largo de los 22 partidos –en cuatro le sustituyó Leicea– de la
temporada, ¡doce menos! que al siguiente, el guardameta del Atlético de Aviación,
Tabales, que encajó 36).
·
Campeón de Liga en la temporada 1942-1943 (tan sólo
participó en tres partidos debido a su enfermedad).
·
Campeón honorífico
de la Copa en la temporada 1942-1943 (no participó en ningún partido de Copa
debido a su enfermedad).
FECHA |
EQUIPO CONTRARIO
|
CAMPO |
CIUDAD |
COMPE-TICIÓN |
TITULAR (T) SUPLENTE (S) |
GANADO (G) EMPATADO (E) PERDIDO (P) |
GOLES |
|
|
|
|
|
|
|
|
12-01-41 |
PORTUGAL
|
Las Salesias |
Lisboa |
Amistoso |
S(1) |
E |
2-2 |
16-03-41 |
PORTUGAL
|
San Mamés |
Bilbao |
Amistoso |
S |
G |
5-1 |
28-12-41 |
SUIZA
|
Mestalla |
Mestalla |
Amistoso |
S |
G |
3-2 |
15-03-42 |
FRANCIA
|
Nervión |
Sevilla |
Amistoso |
S |
G |
4-0 |
12-04-42 |
ALEMANIA
|
Estadio Olímpico |
Berlín |
Amistoso |
S |
E |
1-1 |
19-04-42 |
ITALIA
|
San Siro |
Milán |
Amistoso |
S |
P |
4-0 |
Su resumen de actuaciones en el club rojiblanco fue la siguiente:
|
BILBAO ATHLETIC CLUB
|
ATHLETIC CLUB (ATLÉTICO DE BILBAO) |
||||||
AÑO O
TEMPORADA |
A(2) |
CR(2)
|
C(2) |
A |
L(2) |
CR |
CP(2) |
C |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1938 |
|
|
|
4 |
|
No existe |
|
|
1939 |
|
7 |
0 |
1 |
|
|
|
|
1939-40 |
6 |
|
|
3 |
11 |
0 |
|
4 |
1940-41 |
1 |
|
|
3 |
18 |
No existe |
6 |
2 |
1941-42 |
|
|
|
3 |
26 |
No existe |
No existe |
10 |
1942-43 |
|
|
|
1 |
3 |
No existe |
No existe |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
7 |
7 |
|
18 |
58 |
|
6 |
16 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
14 |
98 |
||||||
|
|
|
||||||
|
112 |
Muerta deportivamente la estrella fugaz, muere también su
relación con el Club al que tanto había querido y por el que tanto había dado,
y éste, en un gesto de caballerosidad digno de elogio, a través de la Junta
Directiva en sesión celebrada el día 12 de diciembre de 1946, bajo la
presidencia de don José María de Larrea acuerda, entre otras cosas, “Autorizar que el día 22 de los corrientes se
celebre en San Mamés el partido beneficio de los ex–jugadores J.M. Echevarría y
F. Gárate, cediendo nuestro equipo para que se enfrente a un combinado que
seleccionarán e invitarán los propios interesados.”
Tal decisión fue inmediatamente aplaudida y muy bien acogida
por la prensa deportiva que se deshizo en elogios hacia ambos jugadores e
invitaba a la participación en el homenaje.
No obstante,
llegado el día 22, ¡el partido no se celebró! ¿Por qué? Sinceramente, aunque lo
he intentado por todas las vías posibles a mi alcance, no he podido descubrir
el motivo.
Tras su abandono obligado del fútbol y de los colores rojiblancos a los que defendió con todo su amor y profesionalidad, he aquí algunas de las declaraciones que se hicieron o se han hecho recientemente sobre él:
· José Luis Cajigas Basagoiti(3):“Aunque éramos de diferente edad y de barrios distintos, le solía ver. Tuve amistad con José, de chaval andábamos juntos y todo. Tenía mucha afición a los pájaros. Como él, yo también jugaba al fútbol. Era un jugador que daba todo lo que tenía en el terreno de juego y sin muchas florituras. Yo estaba admirado por sus condiciones. Yo, como jugador, he sido un hombre que estaba siempre muy pendiente de la forma de sujetar el balón del portero contrario, porque de ello depende en muchos casos la ocasión de marcar un tanto. Por eso, siempre me fijé mucho en la forma de blocar de los porteros contrarios y Echevarría parece que tuviera tenazas en las manos. ¡Ya podrían tener los porteros de ahora su forma de atenazar el balón!, cogía el balón, lo dejaba. Destacó futbolísticamente y llegó a ser jugador de élite, internacional y si la salud le hubiera acompañado habría sido un gran jugador con historia. Como persona era estupenda.”
·
Raimundo Pérez
Lezama, Lezama (compañero de
equipo): “Gran compañero y gran amigo que se daba, a cambio de nada, al resto de
los compañeros del equipo. Como portero, admiraba fundamentalmente tres facetas
de él: el blocaje del balón, el despeje de puños y las paradas tan difíciles
como inverosímiles que realizaba.”
·
Isidoro Urra (compañero de
equipo): ”(…). Mis relaciones con Echevarría fueron inmejorables por su peculiar
manera de ser, por su especial trato como ser humano en su deambular por la
vida. Siempre alegre como supo ser la realidad de su vida, plena de buenos
sentimientos, puesto que, en realidad, era como un niño grande. Su trato, diría
yo, que era excepcional. Como guardameta y como persona fue extraordinario. Fue
un verdadero amigo, con él siempre podíamos contar puesto que siempre fue lo
suficientemente noble en todas las ocasiones, sin comparación posible con nada
ni con nadie. Da la impresión de que todo esto parece y suena como la ocasión
de alabar a una persona noble y honrada como fue en todo momento ‘Echeva’ y por
esta razón tan sencilla: fue y aseguro que fue un joven digno de alabanzas.
(…).”
· José Mª Mateos(4): “José María Echevarría, el formidable portero, que hubo de abandonar el fútbol” (Fuente: MATEOS, José Mª: Los cincuenta años del Atlético de Bilbao, 1898-1948. Bilbao, Talleres Escuelas J. de P. de Menores, (1948?), p. 146.).
·
El Correo
Español-El Pueblo Vasco: Tras su fallecimiento, este diario le dedica, entre otras,
las siguientes palabras: ”ECHEVARRÍA, el
mejor portero de España de los años 1940 y 41. Espectacular, ágil, valiente,
una enfermedad truncó su carrera. Y, ahora, la triste noticia de su muerte…”.
·
Al comienzo de la década de los setenta y con motivo de los
rumores sobre el posible traspaso de Iribar aparece en la prensa bilbaína el
siguiente titular: “De la postguerra para
acá, cuatro guardametas ha tenido el Atlétic: ECHEVARRÍA, LEZAMA, CARMELO e
IRíBAR. Para que el traspaso de Iríbar no suene a <<sacrilegio>>
hay que encontrar otro gran portero <<para diez años>>.”
·
“Echevarría, uno de
los puntales en los años de la postguerra”. (Fuente: MÚGICA, J. M.; CRESPO,
Paco; BAÑOS, Juanjo: Athletic Club [Fascículos].
Bilbao, International Book Creation, 1984-1985. p.
14.)
·
“La portería del
Athletic debe su leyenda a cuatro porteros que marcaron época (Blasco, Lezama,
Carmelo e Iribar) y a un quinto, Zubizarreta, que estaba destinado a marcarla
pero fue traspasado después de cinco temporadas de éxitos. Basta un dato para
explicar la trascendencia de ese cuarteto de guardametas legendarios. Desde
1926 hasta 1979, es decir, durante más de cincuenta años, ellos cuatro se
sobraron para defender, de forma casi ininterrumpida, el portal del Athletic. Y
hay que decir casi por el parón de la guerra y por las tres temporadas –de la
1939-40 a la 41-42– en la que esa tarea recayó en Josechu Echevarría, un
portero extraordinario a quien una enfermedad pulmonar le impidió hacer la
carrera que su cualidad auguraba. (…).” (Fuente: AGUIRIANO, J. : Los autores del mito. En: El
Correo-Español-El Pueblo Vasco, Bilbao, Diario El Correo, S.A. 31 de marzo de
2000, p. 55.).
Falleció en Leza (Araba) el 25 de octubre de 1966.
NOTAS:
(1): Debutó en este partido
como consecuencia de la lesión del portero titular, Pérez.
(2):
A: Amistoso.
C: Copa.
CP: Copa Presidente (torneo entre los cuatro
primeros clasificados de Liga).
CR: Campeonato Regional.
L: Liga.
(3): Nació en Neguri, junto a Jolaseta, el 19 de setiembre de
1916. Hombre ligado al fútbol por afición y a la jardinería por vocación. Formó
parte, como jugador y socio, del Club de Fútbol Neguri nacido, al igual que el
Club Deportivo Getxo, en el año 1927. Actualmente, ya retirado, sigue
manteniendo una relación estrecha con la jardinería, siendo el propietario de
un vivero de plantas.
(4): Nació en Bilbao el 31 de marzo de 1888. Cursó los estudios de
bachillerato en el colegio de los Escolapios. En el año 1908 inició su larga
carrera periodística en el diario republicano titulado primero El Porvenir Bascongado (1881) y luego El Porvenir Vasco, desde 1896. Dada la
afición a los deportes, fue el creador en La
Gaceta del Norte de una de las primeras secciones deportivas que hubo en la
prensa española, siendo por consiguiente el promotor de la figura del redactor
deportivo. Fue seleccionador nacional de fútbol durante nueve años en los
tiempos de Ricardo Zamora, Samitier, Meana, Quincoces, Iraragorri, Bata,
Ciriaco, Lafuente, Langara, Cilaurren, etc., aquella inolvidable e histórica
cantera de la que Mateos formó los conjuntos que se enfrentaron a los principales
equipos europeos entre 1922 y 1933. Presidió la Federación Vizcaína de Fútbol y
la Asociación de la Prensa de Bilbao. Fue autor de varios libros: De Amberes a Montevideo, publicado en
1929 en el que recoge una antología de crónicas deportivas de sus viajes y
partidos presenciados: el libro Athlétic
Club de Bilbao, 1892-1922, publicado en 1922 y Los cincuenta años del Athlétic de Bilbao, 1898-1948, que se editó
en 1948 con motivo de las bodas de oro del equipo al que tanto apoyó y estimuló
con su pluma. Finalmente, en 1950 publicó la obra Nueve Años de Seleccionador, subtitulada La novela histórica de 24 partidos internacionales. Ejerció la
carrera periodística hasta el año 1958. Murió en Bilbao a los 75 años de edad.
Fue un gran apasionado del Athletic y de él dijo un chirene bilbaíno que “las
gafas de Mateos tenían un cristal blanco y otro rojo”. Su figura fue muy
popular en San Mamés por tener la costumbre, como seleccionador que era, de
sentarse en una silla de la Misericordia al borde del terreno de juego delante
de la preferencia.