El
presidente más famoso por su “no te ajunto” que dispensaba a diestro y
siniestro, está cambiando en su despedida. Antes era serio y no se ajuntaba más
que con sus amigos ‘Busshh’ y ‘Blaaiirr’, pero en las últimas
semanas y tras designar a su delfín Rajoy está desconocido y panderetero. ¡Esto
es el fin! El mes de septiembre ha sido el de la mutación: el 17 sonríe al
secesionista Ibarretxe en la recepción real (parece que no fue un trucaje
fotográfico), el 18 se abraza con el pacifista Gaddafi (quien le regala un
caballo para montar en la intimidad) y el 30 se reúne (sí, han leído bien), con
los revolucionarios Fidalgo y Méndez. Dado que Saddam Hussein está escondido
donde nunca le hallarán (con las armas de destrucción masiva), sólo le queda
Fidel Castro de enemigo, pero Aznar no podrá correr a su encuentro porque no se
lo perdonarían sus cuarenta millones de votantes (obviamente, los
hispanoparlantes de USA).
El ínclito presidente
está radiante, sin problemas de mentiras y espías como sus amiguetes,
porque su gobierno trabaja de “oído” ante un electorado olvidadizo que clama
¡Basta de realidades, queremos promesas! Aznar ha salvado sus trastos
personales y se busca el siguiente ‘currelo’ en las Américas (del Norte, of
course!). Al resto siempre nos quedará, aparte del chapapote, el equipo
suplente de Mariano y Mayor para el ¡Santiago y cierra España!, a fin de evitar
el insidioso influjo franco-alemán de esa vieja Europa, que impide el novedoso
y ‘pepero’ acercamiento natural de la patria grande y única hacia las
colindantes Polonia, Texas, Florida y la nueva Irak, que estamos
democratizando. Nunca fue más cierto aquello de que la política es el arte de
obtener dinero de los ricos y votos de los pobres, con el fin de proteger a los unos de los otros.
Mikel Agirregabiria Agirre.
Getxo (Bizkaia)
También publicado en
IblNews (1-10-2003), El Torrenti (1-10-2003), InfoNorte Digital (2-10-2003), Hasten (2-10-2003), Galicia Diario (4-10-2003),...
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