Dadas las
alarmantes noticias sobre la movilidad del multimillonario saudí Osama Bin
Laden, que según los servicios secretos italianos seguía vivo en Irán a finales
de mayo pasado, sólo esperamos que no se acerque por Euskadi y su presencia nos
arrebate la Autonomía por la vía del artículo 155 de la Constitución Española.
No dejen
los lectores de estar alerta para evitar creerse que el hombre más buscado del
mundo haya sido visto en algún hipermercado vasco comprando sospechosos
tambores de detergente, aunque lo anuncie el mismísimo delegado del gobierno.
Recuerden, amigos, que quien se coló en el Castillo de Windsor durante la
fiesta de la realeza británica era solamente un comediante grotescamente
disfrazado.
Tras las monstruosas patrañas sobre las “armas letales de Irak” de
disponibilidad inmediata, que suscribieron quienes las siguen buscando,
cualquier esperpéntico desatino puede servir para “recalificar” el autogobierno
vasco mediante un decreto más. Que se busquen otra subterfugio, porque éste ya
está predicho.