Getxo: Ciudad de la Convivencia
Mikel Agirregabiria Agirre
Quienes pertenecemos a esas generaciones que ya han cruzado el paso
del ecuador vital hemos aprendido a apreciar el valor supremo de la
tolerancia. Más aún si, como habitantes de Getxo, también hemos
sufrido el azote de la violencia, con gravísimos sucesos como el
asesinato por ETA del magistrado José María Lidón Corbi, el 7 de
noviembre de 2001. Este municipio, por su creciente trascendencia
histórica, ha sido asimismo objeto de una especial atención política
e informativa, que ha podido provocar un incremento de la tensión
social entre sus habitantes.
Por otra parte, Getxo es un modelo cívico y ciudadano de “calidad de
vida”, aunque con necesidades sociales nunca suficientemente
atendidas. La identidad de los diferenciados barrios, Algorta, Las
Arenas, Andra Mari, Romo o Neguri, ha permitido mantener una
cohesión social, de relación y conocimiento mutuo, al menos, entre
sus residentes menos recientes. Generalmente, y en cada zona, ha
sido fácil conservar los amplios círculos de conocidos y vecinos que
acaban encontrándose periódicamente en lugares comunes con ocasión
de las frecuentes fiestas locales (casi por parroquias), festivales,
ferias,… También es una realidad palpable las cuadrillas de amigos,
con pluralidad y coexistencia de opiniones políticas diversas, donde
el debate e incluso la abierta polémica partidista es uno de los
temas recurrentes de conversación. Todo dentro de los cauces
democráticos y pacíficos, en la inmensa mayoría de los casos. Pero
en nuestro entorno local, al igual que en Euskadi, pervive
desgraciadamente aún una violencia de persecución por la opción
política, que coacciona especialmente a los ediles populares y
socialistas, y a sus militantes. El reelegido alcalde Iñaki Zarraoa
ha puesto de manifiesto en su toma de posesión “esta falta de
libertad de infinita gravedad”, expresando su solidaridad y
asegurando que su prioridad en los próximos cuatro años será la de
“realizar un esfuerzo por la convivencia”, como ya adelantó en su
campaña electoral.
Getxo, el municipio del que nos sentimos orgullosos todos los aquí
nacidos y los que lo elegimos como hogar, debe encabezar una campaña por la paz y la convivencia cívica, para toda su ciudadanía, por
encima de las legítimas opciones políticas. Sería oportuno analizar
y planificar una batería de acciones, que transversalmente
incidiesen en los valores éticos de la tolerancia y del diálogo, en
todas las actuaciones municipales y sociales. Gexto debe llenarse de
Puntos de Encuentro, Elkarguneak, Meeting Points,…
para la Paz. Lugares y oportunidades en las que comprobemos que lo
que nos une a todos los getxoztarrak es mucho más que lo que
nos diferencia. Los adversarios políticos no son sino ciudadanos que
se ayudan mutuamente a descubrir cómo cohabitar mejor, sirviendo con
mayor calidad a la sociedad de la que todos formamos parte. Los
barrios, las plazas y el consistorio deben ser, y ya lo son en una
medida siempre mejorable, lugares cálidos de relaciones personales
afables, que ordenada y democráticamente busquen el entendimiento y
la solución mejor a los problemas reales, dado que la vida es muy
corta para desaprovecharla en disputas.
Como una de las primeras iniciativas, los grupos políticos
podrían negociar y liderar un plan de “Getxo por la Convivencia”,
que proponga la creación en el municipio de un "Observatorio para la
Paz", con su correspondiente escuela de “Educación para la
Tolerancia”. Incluiría erigir un emblemático “Monumento por las
libertades y los derechos humanos, en memoria de todas las
víctimas”, mirando al mar para complementar nuestro mundialmente
reconocido “Puente Colgante”. Esta escultura podría señalar el
inicio de una “Vereda de la Convivencia”, que avanzase entre Areeta,
Neguri y Algorta. Para urbanizar la paz y construir un rompeolas
contra la violencia, podemos inspirarnos en el precursor ingeniero
Evaristo Churruca, que tras estudiar detenidamente los vientos,
mareas, corrientes y aluviones prolongó el dique de hierro para
lograr conjurar el peligro histórico de las inundaciones y formar un
cauce profundo y navegable. La obra que históricamente ahora nos
corresponde cimentar será como nuestro Muelle de Churruca, que
apenas denota el esfuerzo constructivo necesario ya que queda
mayoritariamente sumergido, pero que añade a la belleza de un
paisaje natural la contribución de una ingeniería humanista,
minimalista, respetuosa e integradora.
Gernika-Lumo, denominada la “Ciudad de la Paz” ya cuenta con su
monumento, el "Gure Aitaren Etxea" del escultor Eduardo Chillida,
orientado hacia el Árbol, símbolo de la tradición y el “Museo
Gernika-Museo de la Paz”. En Getxo todos esperamos impacientes
constituirnos como la “Ciudad de la Convivencia" creando nuevos “espacios de tolerancia”, porque la utopía existe. Y los “areneros”
sabemos bien que ¡debajo de nuestros adoquines, está la playa
realmente!
Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo (Bizkaia).
Artículo original (20-6-2003). También publicado en Getxoberri (18-7-2003 en PDF), Uribe Kosta Digitala (26-6-2003),...
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