MIKEL AGIRREGABIRIA AGIRRE | Getxo
El presidente prepotente, más preeminente que prominente, procedente de su precedente, debía designar a su
descendiente preferente. Sólo la "libreta azul" conocía el
secreto de la "esfinge presidencial". La historia recuerda
a aquel monstruo híbrido con rostro y busto de mujer,
cuerpo y garras de león y alas de águila, que vivía en una
montaña alzada sobre la ciudad de Tebas y que devoraba a
los viajeros cuando transitaban por sus dominios camino de
Atenas, tras plantearles un jeroglífico que nadie conseguía
resolver. El misterio era "¿Qué animal tiene cuatro patas
por la mañana, dos a mediodía y tres por la noche?".
Edipo, en uno de sus
viajes, se encontró con la Esfinge que le planteó el enigma. Cuando iba a ser
devorado resolvió el problema con la consabida respuesta: "el hombre", que
comienza gateando, después camina erguido y en la ancianidad utiliza un bastón.
La Esfinge, al verse vencida, se sintió tan ofuscada que se arrojó al vacío
desde lo alto del peñasco.
La versión actual de la
adivinanza es: ¿Qué presidente comenzó con el cuádruple apoyo de su partido y
de los nacionalistas catalanes, vascos y canarios, siguió con el respaldo doble
de sí mismo y su partido para terminar arrastrándose con los tres candidatos?
Cuantos más electores den con la respuesta correcta, menos ciudadanía se comerá
la esfinge, que asusta más por su apariencia que por su inteligencia. Confiemos
que nuestra suerte sea mejor que la de Edipo, que venía de matar a su padre
Layo y se disponía a desposarse con su madre Yocasta, según la trágica versión
de Sófocles.
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Publicado también en
Rebelión (13-8-2003), Estrella Digital (13-05-03), Ávila Digital (14-8-2003), Diario de Navarra (15-8-2003), IblNews (27-8-2003), A contrafio (Opinión, 31-8-2003),...