Número 170   II época
 
Domingo, 24 de agosto de 2003
  Política
  Autonomías
  Internacional
  Economía
  Tecnología
  Kiosco
  Medios
  Salud
  Deporte
  Religión
  Chismógrafo
  Personajes
  E-mail del director
  Artículos 
  Firmas 
  Libros
  Música
  Cine
  Teatro
  Restaurantes
  Hoteles
  Escapadas
  Agenda cultural
  Calidad de vida



Jardinería urbanita

Mikel Agirregabiria Agirre

     He aquí los primeros consejos para el osado principiante que en vacaciones cuida un pequeño jardín, de esos que parecen una maceta grande. El arte de la jardinería comienza por saber distinguir las plantas malas de las buenas: las primeras son las que crecen espontáneamente. Por tanto, tu inicial e interminable labor consistirá en extirpar los florecientes hierbajos y zarzas, mientras abonas el escuálido seto que no progresa. Cuando prolifere finalmente, y a diferencia del jardinero, crecerá en vertical pero no en horizontal, por lo que deberás podarlo hasta que aprenda. Pronto lograrás interpretar el sublime lenguaje del bosque e identificarás esos sutiles indicios, tales como comprender que el arbolito plantado hace meses y que muestra un aspecto alicaído en horizontal, con las raíces más altas que la copa, indica inequívocamente que ya está listo… como leña para la barbacoa. La más moderna Botánica ha descubierto que las únicas especies florales perennes y resistentes, aptas para cualquier sustrato, son las de plástico.

 Una buena instalación de riego automático te funcionará perfectamente, si lo supervisas diaria y manualmente. En cualquier caso comprobarás que es compatible que las plantas se sequen mientras el murete se agrieta por exceso de agua. El abono artificial que venden debe ser magnífico, porque se lo comerán los gorriones antes que la tierra lo absorba. El instrumental conviene que sea abundante, pero siempre necesitarás pedir prestada la última herramienta que era exactamente la que precisabas este año. El tamaño de los aperos nunca será el apropiado, o bien son demasiado pequeños o excesivamente grandes. Asegúrate de prever un almacén de utillaje que duplique al jardín, para no quedarte sin espacio.

 Recuerda que la flora siempre viene acompañada de fauna, y que los insecticidas demuestran una alta cualidad como herbicidas, mientras que los herbicidas son manjar exquisito para esos seres animados que científicamente se denominan "bichos". La fumigación sólo conseguirá eliminar las escasas hojas sanas, mientras se duplican los gorgojos. Acéptalos como demostración de la biodiversidad de tu ecosistema, y hazte amigo de ellos. Cualquier intento de exterminarlos sólo provocará su hostilidad, profusión y engorde.

 Definitivamente las posibilidades de que un ciudadano urbanita controle un jardín son inferiores a las de un aldeano dirigiendo la Gran Manzana de New York. El mítico jardín del Edén estaba supervisado por Dios, y Caín sólo acertó a crear la primera ciudad. Aunque compartas nuestra creencia de que la felicidad consiste en una casa llena de libros y un jardín lleno de flores, pronto deducirás que es preferible que el vergel sea competencia municipal.

Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo (Bizkaia)

Artículo original. También publicado en Ávila Digital (25-8-2003), Diario de Noticias (28-8-2003) [Citado posteriormente por Mª CONCEPCIÓN ÚBEDA GIL: Me ha encantado la carta de Mikel Agirregabiria Agirre del jueves 28. Tiene toda la razón...],...

Publicidad / Contactar / Quiénes somos / Cartas al director
Copyright © El Semanal Digital, S.L. ® El Semanal Digital es una marca registrada.
Derechos reservados. España. 2003    E-mail:
cartasredaccion@elsemanaldigital.com
Oficina central: C/ Ferraz, 82 28008 Madrid (España). Teléfono: 91 548 23 49
Política de información /
Política de privacidad