Euskadi no existe
Estimado amigo lector:
Euskadi no existe. Únicamente fue la alucinación de un visionario llamado
Sabino Arana, quien según algunos contertulios está probado que fue un
declarado admirador de Hitler, lo que tiene su mérito porque cuando murió el
primero el segundo era un niño de tres años, hijo de un lejano aduanero
austriaco.
No existe historia vasca.
Cualquier amnésico historiador se lo confirmará. Romanos y árabes dominaron
toda la península, y el Derecho Consuetudinario vasco no ha llegado hasta
nuestros días, porque tampoco existe el “Derecho Foral”, que solamente es otra
denominación del mismo Derecho Romano. Tampoco existió en el siglo XVIII, un
Larramendi que definió la "nación vascongada", ni Perochegui publicó el “Origen
de la nación vascongada y de su lengua”. Los términos “País Vasco” (Basque
Country), o Euskal Herria no existen ni en los diccionarios, ni en las
enciclopedias (no consulten la Británica porque se llevarían un chasco). Nunca
históricamente ha existido una comunidad vasca a ambos lados del Pirineo con
sus leyes propias, tribunales, parlamento, lengua, costumbres y deportes
autóctonos. Nunca existieron los aizkolaris, harrijasotzaileak,
pelotaris, arrantzales, ni la ballena vasca.
Tampoco se derogaron los
Fueros el 25 de octubre de 1839, ni pasaron los Reyes Católicos en julio de
1476 por Ubidea para jurar los Fueros en Gernika, que tampoco fue bombardeada
el 28 de abril de 1937 por nazis y fascistas. Tampoco existe ningún cuadro
de Picasso sobre tan desconocida localidad, de la que tampoco Rousseau dijo que
era “el pueblo más feliz del mundo porque sus asuntos los gobierna una junta
que se reúne bajo un roble, y siempre toman las decisiones más justas”. Tampoco
existió, ni existe una Casa de Juntas o Parlamento, como tampoco hubo otra en
Abellaneda de la misma Bizkaia. Jamás hubo “provincias traidoras”, ni hay
“autonomías hostiles”. Jamás existió nada vasco antes de la Constitución de
1978, ni existirá nada después. No existe la Disposición Adicional Primera que
podría decir textualmente que “la Constitución ampara y respeta los derechos
históricos de los territorios forales”.
El euskera no existe. Por
tanto nunca se prohibió ni reprimió su uso. En todo caso, es únicamente Íbero,
por lo tanto patrimonio europeo lo que se prueba por el cariño con el que se
cuida este dialecto, especialmente por el gobierno navarro donde apenas se
habla (en el gobierno, me refiero). Tampoco
Daudet dijo que “cuando
un pueblo es hecho esclavo, mientras conserve su lengua es como si tuviera la
llave de su prisión”.
No
existe cultura vasca, ni literatura vasca. Orixe, Lizardi, Aresti o Atxaga
nunca escribieron en íbero. Y la escasa prensa que publicaba en íbero pronto
desaparecerá por motivos fiscales, que sólo aparecen en los periódicos íberos,
por lo que deben ser asaltados a lo “Harrelson”, no dictar ninguna sentencia
firme y al cabo de cinco años que pasen los íberos a limpiar el polvo de la
redacción. Tampoco existen medios de comunicación vascos, lo que se demuestra
con el omnipresente disco rayado de tertulianos que insultan continuamente lo
inexistente.
Vascos, lo que se dice
vascos tampoco existen. Excepto los terroristas, los demás son sólo españoles o
franceses. Tampoco existe ETA [ojalá fuese así, porque entonces se facilitaría
que todo lo demás fuese falso], y de subsistir, mata menos que cualquiera de
las mafias que pululan por Madrid y sus cómplices de la ‘kale borroka’ han
quemado menos coches en toda la historia que en Valencia capital en un solo
año.
Lo vasco no existe. Este
término debe ser sustituido por íbero o por español, según el caso. Tampoco
existe Gobierno Vasco, ni instituciones vascas. Son efímeras irrealidades que
dependen del artículo 155 del Nuevo Testamento. Tampoco en Bizkaia están
gobernados por nacionalistas vascos 104 de los 111 municipios, ni en Gipuzkoa
81 de los 88, ni en Araba 42 de 52, ni en Nafarroa 39 de 272,… Nunca existió el
nacionalismo vasco, ni hay un millón de votantes de tales opciones. Entonces,
si nada de esto existe, ¿cuál es el problema? Tout va très bien, madame la
marquise.
Así que si quiere visitar
un lugar fantástico y mítico, véngase un fin de semana a Euskadi. Vivirá un
cuento que dice: Érase una vez… la realidad.
Mikel Agirregabiria Agirre.
Getxo (Bizkaia)
Artículo original.
También publicado en
IblNews (21-10-2003 con muchos comentarios),
El
Torrenti (21-10-2003), Rebelión (25-10-2003), El Ideal (Foros, 26-10-2003), Noticias de Salamanca (27-10-2003), Ideal Digital (Foros, Granada, 4-11-2003), CyberEuskadi (Columna diaria, 30-11-2003), ...
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