El naciente año será de
ajetreo para las urnas vascas. En marzo las programadas Elecciones Generales, y
antes de tomar las uvas de la próxima Nochevieja,
probablemente habremos de acudir de nuevo para unas Elecciones
Autonómicas, levemente adelantadas, por motivos varios como el devenir del
nuevo “Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi” (Plan Ibarretxe), los
“erráticos” movimientos de Batasuna, el trabado panorama parlamentario vasco
ante los siguientes presupuestos,… y el propio calendario electoral con su
límite en mayo de 2005.
Estas fechas navideñas
resultan propicias para aventurar sobre el nuevo año profecías, incluso
políticas, con escasa base científica, pero sintomáticos argumentos premo-nitorios.
Rajoy se habrá confrontado con un Zapatero sobre la misma receta de Aznar: el
peligro de la “patria” rota por el norte, el este y el sur (recordemos que por
el oeste Portugal se fue en 1640, aunque España no reconoció su independencia
hasta 1668). Catalunya y Andalucía, se sumarán a las reformas constitucionales,
y junto al tergiversado “plan secesionista” (de Libre “Asociación”), servirán
nuevamente de talismán curalotodo ante un electorado español de centro
(geográfico) y de derecha (política), contando con la insuperable y entusiasta
colaboración de “casi” todos los medios de comunicación escritos, radiados,
televisados e Interneteados que insisten en mantener el nivel medio español de
incultura política, con los carpetovetónicos sucedáneos sustitutivos de deporte
más telebasura del “famoseo”. Por cierto, los recientes partidos celebrados con
las selecciones de fútbol han probado cuáles son “selecciones nacionales” y
cuáles son meramente folklóricas: Euskadi y Catalunya con 40.000 y 70.000
espectadores han agotado las entradas; Andalucía y Valencia han conseguido
celebrar sus encuentros con aforos de 5.000 asistentes; en Navarra, la
maliciosa coincidencia buscada con Euskadi por el patrocinador “Diario de
Navarra” (próximo a UPN) apenas ha logrado reunir a 4.000 espectadores aún
regalando las entradas; y por último, Baleares, Asturias y La Rioja han
cancelado sus encuentros, al igual que Cantabria, que había vendido menos de
100 localidades. Definitivamente, en la “España de las Autonomías” el
deporte-rey también marca las diferencias en la chapucera receta de “café para
todos”.
En las campañas electorales,
se repetirá la misma retahíla de siempre, la del “pinza-miento único” (que no
es ni por asomo “pensamiento alguno” sino burda propaganda). Probable y
lamentablemente con el mismo éxito, ante un PSOE zapateado que lo mismo acude
con la Falange a un acto en Donostia que a Barna para tomar posesión del
Government catalán, con primeras espadas como Bono, Maragall, (Patxi) López,
Ibarra, Chaves o Vázquez, que podrían formar parte de partidos más distintos y
distantes que lo que el PSOE pactista se ha diferenciado del PP avasallador
durante la última legislatura. Izquierda Unida podría comenzar a asomar, pero
su apisonamiento mediático hace muy inverosímil un crecimiento significativo,
excepto en la periferia donde ha venido acreditando dosis de modernidad que la
falta de poder real le atribuía con mendacidad. Los partidos nacionalistas
democráticos, fuera de Euskadi, Catalunya y Galiza, apenas remontarán, si bien
en Aragón, Baleares o Valencia podrían ir germinando brotes. El Partido
Andalucista no encuentra una estable militancia organizada y Canarias está una
hora menos, pero vinculado al horario oficial.
La predicción en la
Comunidad Autónoma Vasca resulta particularmente fácil en esta ocasión. La suma
de los partidos del actual tripartito dispondrá con certeza de una sobrada
mayoría absoluta en Vitoria-Gasteiz, que habrá de gestionar con prudencia y con
aproximación –mutua- hacia otros partidos, como los que representan Batasuna si
ETA les libera para un rol político normalizado, o con los socialistas vascos
si así lo dispone su central madrileña de Ferraz, con o sin Zapatero al frente.
Paradójicamente, el triunfo nacionalista vasco será tanto más amplio en otoño
de 2004 cuanto más tirante y desabrida sea la política del PP y la de sus mass-media
bajo la batuta del enigmático Rajoy, que ojalá demuestre ser algo más que el
“recomendado” de Aznar.
En resumen: En marzo
aparecerá algún diputado nacionalista (Aralar-EA-PNV) en las Cortes proveniente
de la Comunidad Foral Navarra, junto a otros diputados nacionalistas de la CAV.
En las próximas navidades habrá un tripartito o bipartito gobernante en
Vitoria-Gasteiz, sin posibilidad de bloqueo parlamentario PP-PSOE-Batasuna.
Finalmente, los buenos deseos son que ETA desaparezca de una vez por todas en
2004 y, para quienes preferimos convencer antes que vencer, mejor sería que
fuese con su renuncia a las armas tras el largo y profundo clamor expresado por
toda la sociedad vasca por su aberrante actividad con procedimientos
sangrientos y destructivos. Quede nuestra solidaridad para con todas las
víctimas de la violencia, y que la paz se extienda para toda la Humanidad.
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