El
resultado del 14M descansa en los dubitativos
Si
usted no es de los que dan cuerda al reloj para cuatro años aplaudiendo en
mítines políticos, ni tiene el voto resuelto, puede considerarse un afortunado.
Las consecuencias electorales del próximo 14M están en sus manos, al pertenecer
a ese variable porcentaje del 4% que puede inclinar la balanza hacia una
repetición del gobierno del PP o hacia un futuro más esperanzador.
Usted pertenece a esa
clase de ciudadanía hacia la que se dirigen todas las campañas electorales. En
las recientes elecciones municipales, autonómicas y forales esta colectividad
dio la espalda al PP, al mantener vivo el recuerdo de la guerra de Irak o el
desastre del Prestige. Ahora tras el barullo de Carod-Rovira, que ha sustituido
al fetiche del Plan Ibarretxe, y con la incondicional alianza de medios
progubernamentales su vacilación crece porque prensa y televisión le dicen que
el PP ganará. No se lo crea, el PP ya perdió el pasado 25 de Mayo de 2003.
Gobierna en la Comunidad de Madrid sólo por la trampa de los tránsfugas, en
Catalunya su representación es marginal, y en Euskadi sólo intenta bloquear al
Gobierno Vasco con los votos de Batasuna, que de ser apartados darían la
mayoría absoluta al tripartito de Ibarretxe.
La
duda lleva al examen, y el examen a la verdad. Sólo a usted corresponde
resolver su incertidumbre, pero cabe sugerirle algunas ideas para su
consideración. Todos los sindicatos, desde CC.OO. y UGT hasta los de
implantación autonomista, dicen taxativamente que “no hay ni una sola razón por
la que los trabajadores de este país voten al Partido Popular”. Si prefiere
recordar vívidamente la gestión del PP sólo cabe recomendarle
encarecidamente una visita
a
www.haymotivo.com, la denuncia de los cineastas donde se recogen 32
testimonios en cortometrajes de 3 minutos. No es género de ficción ninguno de
estos cortos: sólo documentales (memorables son los de Aranda, Cuerda, Coixet,
Colomo, Cebrián, Chus Gutiérrez, Trueba, Olea, Rivas, Barroso, García León,
García Sánchez, Gómez Pereira, Rebolledo y Víctor Manuel). Si elige informarse
con detalle de las encuestas, aparte de las más o menos sesgadas publicadas por
los periódicos, diríjase a la fuente oficial del
CIS
(Ministerio de
Presidencia), y analice en su última
previsión las estimaciones para su provincia: Comprobará hasta qué
punto
han manipulado burdamente
los resultados para favorecer al PP (sólo como muestra en Gipuzkoa el
imaginario segundo diputado del PP con PNV 29%, PP 20,5% y PSOE 20,3%, o en
Navarra donde ni se preguntó por Nafarroa BAI con un escaño seguro).
Es verdad que el mundo avanza porque hay
quienes ponen en duda los argumentos. Aristóteles decía que “La duda es el
principio de la sabiduría” y Borges que “La duda es uno de los nombres de la
inteligencia”. Dudar de todo o creerlo todo, son dos soluciones igualmente
cómodas, porque ambas dispensan de reflexionar; pero ése no debe ser su caso.
En la duda se pueden optar entre dos soluciones que conducen casi siempre a
resultados equivalentes: abstenerse o decidirse por uno cualquiera de los dos
extremos.
Para evitarlo un proverbio jurídico aconseja que “En la duda, lo mejor es el
término medio”. Considere terceras
opciones
si no desea una
mayoría absoluta, pero recuerde que la ley electoral de Hont inhabilita los
votos hacia los partidos testimoniales o minoritarios en su circunscripción,
sobre todo en provincias pequeñas.
Dicen que la esperanza es
pariente de la duda. ¡Indecisos del mundo: Uníos! El resto que tenemos elegida
nuestra opción progresista, hemos de confiar en vosotros. ¡Ojalá que acertéis
con vuestra papeleta!