Los habitantes de las
remotas montañas de Kentucky, casi analfabetos, sabían siempre de antemano
(antes de las encuestas preliminares) cuál de los dos candidatos sería el
próximo Presidente de los Estados Unidos. Los periodistas
desplazados se
sorprendieron con tales dotes de adivinación y más cuando averiguaron su simple
e
infalible método: El
apellido del ganador contenía
más letras.
Este predecible sistema
válido desde 1789 con George Washington que no tuvo opositor, ha funcionado
casi sin excepciones durante todo el siglo XX. McKinley ganó por dos veces a
Bryan; Roosevelt a Parker; Harding a Cox; Coolidge a Davis; Hoover a Smith;
Roosevelt en 4 ocasiones a Hoover, Landon, Wilkie y Dewey; Truman a Dewey;
Eisenhower dos veces a Stevenson; Kennedy a Nixon (aunque luego éste ganó a
Humprey y McGovern); Ford, que lo tenía mal sólo fue presidente por renuncia de
Nixon, y luego perdió contra Carter; Reagan disputó cerradamente a Carter; Bush
padre sí ganó a Dukakis, pero perdió contra Clinton, quien también venció a
Dole; y finalmente entre Bush y Gore la disputa no pudo ser más cerrada. Así
pues, Kerry ganará a Bush, por un margen pequeño pero definitivo.
Desconozco
desproporcionadamente la extraterritorialidad e interdisciplinariedad de esta
metodología, pero si aceptamos contrarrevolucionariamente su
internacionalización, quizá R
odríguez Zapatero haya errado al rebautizarse como ZP frente a Rajoy. Que aprenda de lo sucedido a Mas contra Maragall o Carod-Rovira.
Publicado en
El Nuevo Herald (Miami, 3-3-2004), Estrella
Digital (26-2-2004),
CyberEuskadi (Columna diaria,
25-2-2004),
Kaos en la Red (25-2-2004),
El Debate (IblNews, 25-2-2003),
Foro Republicano (25-2-2004),
Sr. Director (25-2-2004), Vistazo a la Prensa (25-2-2004), Portal Miami (25-2-2004), Foros EITB (25-2-2004), Uribe Kosta Digitala
(25-2-2004), El Confidencial Digital (27-2-2004), Ávila Digital (13-3-2004),...