Lecciones de economía contemporánea (5/6)
Uno de los principales factores que condicionará la evolución y el futuro socioeconómico del mundo será el de la emigración.
Las migraciones humanas se remontan a los orígenes de la humanidad. Si el “Homo Sapiens” no hubiese emigrado de África, no existiríamos los europeos. Más recientemente, la oleada migratoria desde 1870 a 1913 movilizó al 7% de la población mundial de aquel momento. La actual oleada migratoria en la que estamos inmersos ha movilizado, hasta el momento, 196 millones de personas, que representa “sólo” un 3% de la presente población mundial, es decir, menos de la mitad de lo que aconteció hace un siglo, dirigida principalmente hacia América.
El principal país que ha acogido a un mayor porcentaje es EE.UU. (con 38,4 millones que suponen 20,2% del total desplazado). Le siguen Rusia (12,1 millones, 6,4%), Alemania (10,1 millones, 5,3%), Ucrania, Francia, Arabia Saudita, Canadá, India, Reino Unido, España (4,8 millones, 2,5%), Australia, Pakistán, Emiratos Árabes, Hong-Kong, Israel, Italia,… Nuestra posición es mediana, como el décimo Estado que ha recibido más emigrantes, si bien este crecimiento ha sido dinámico en los últimos años, pasándose en sólo 6 años del 2% al 9% de extranjeros entre nuestra población.
Esta realidad, unida a la demagógica utilización partidista de este fenómeno, ha hecho saltar las alarmas: Hoy la emigración es el problema que más preocupa a la opinión pública española… La dramática llegada televisada de pateras a Andalucía o cayucos a canarias ha contribuido a ello. Se ha olvidado que hace seis décadas, otros periódicos recogían noticias ilustradas con fotos bajo titulares de “Apresados 160 inmigrantes ilegales… canarios en Venezuela”.
Sucede que nos hemos olvidado, quizá porque algunos quieren que olvidemos, que hemos sido un país pobre, y conflictivo, que ha generado una inmensa emigración, hasta hace pocos años. Todavía más de 1.100.000 españoles son emigrantes. El hecho de que España (o Euskadi) haya dejando de “exportar” emigrantes, para “importar” inmigrantes es el signo más evidente del progreso presente y permite vislumbrar un prometedor futuro,… que constituye el auténtico ‘efecto llamada’. A pesar de las críticas y del desenfoque con que se ha abordando este fenómeno, la emigración será INEVITABLE, aumentará… y es NECESARIA…… para mantener el crecimiento de la economía y el nivel de bienestar que disfrutamos en los países ricos del planeta.
La emigración es inevitable por el inmenso desequilibrio que se va a producir en el crecimiento demográfico entre países ricos y pobres. Durante la primera mitad de este siglo XXI se estima que la población mundial pasará de 6.540 a 9.076 millones de seres humanos. Este incremento de 2.536 millones se repartirá del siguiente modo: Sólo 22 millones en los países desarrollados, 1.556 millones en los países poco desarrollados y los restantes 958 millones en los países muy poco desarrollados. ¿Alguien puede pensar que esos 2.514 millones del “tercer mundo”, unas 40 “Españas” se quedarán a vivir en países muy pobres (o las 3.000 “Euskadis” de países poco desarrollados) permanecerán en casa… mientras nosotros disfrutamos de un alto nivel de vida que, además, nos va a diferenciar cada vez más de los habitantes de esos pobres países?
La emigración aumentará en volumen por el “efecto llamada”, porque la separación en renta (y calidad de vida) entre los países ricos y pobres se acrecienta, y porque los países pobres cada vez tienen más población.
La emigración es necesaria y aún lo será más para sostener el ritmo de crecimiento de los países ricos. Se calcula que los 25 Estados miembros de la Unión Europea necesitarán unos 50 millones de trabajadores para mantener su crecimiento futuro. Y los precisarán más acuciantemente aquellos países que tienen peores perspectivas demográficas… En este panorama, España es el Estado de la U.E. cuya población será más vieja en el futuro,… y la situación de Euskadi es aún peor. El envejecimiento de europeos, españoles y vascos es imparable: El porcentaje de mayores de 65 años en la proyección para el año 2050 señala que en España será del 36% (15% en 1995 y 17% en 2005), mientras que la media de U.E. será de ‘sólo’ el 30% (con los mismos datos de 1995 y 2005), habiendo países como Holanda o Luxemburgo cuya media será del 22% (13% en 1995 y 14% en 2005).
Se estima que España necesitará 4 millones de emigrantes más hasta el 2020 para cubrir las necesidades de población activa. El efecto económico beneficioso que produce la emigración lo hemos comprobado en los últimos años: El crecimiento de la economía española en la última década hubiera sido negativo (- 0.6% en el PIB) si no hubiera sido por la aportación recibida de la emigración (+ 3.2 % de PIB). Este efecto positivo se origina porque la emigración ha desarrollado muchos trabajos de baja cualificación y ha permitido incorporar a la población activa a centenares de miles de mujeres, liberándolas de las tareas domésticas.
A pesar de todo ello, a nuestra ciudadanía se le ha “vendido” una imagen muy negativa de la emigración. Se han propagado mensajes falsos, como que no son legales (o no deben serlo), no aceptan nuestra cultura, no pagan impuestos, abusan de nuestro sistema de protección social o aumentan la inseguridad,… Éste es un enfoque equivocado, injusto, insolidario y, muchas veces, xenófobo, que debe corregirse cuanto antes. Para ello… hemos de trabajar, con intensidad y acierto, en algunas áreas clave: educación y formación generalizada, integración social, ayudas al desarrollo e inversiones directas en los países pobres.
Ésta es una “cuestión de Estado”, cuyo correcto enfoque requiere aceptar una realidad que tenemos ya ante nuestros ojos: Nuestra sociedad se está transformando profundamente y comienza a ser plenamente multiétnica, plurilingüe e intercultural. Ello va a acondicionar favorablemente nuestro futuro económico, social y político, siempre que logremos evitar algunos riesgos[1] que podrían llegar a truncar el intenso y posibles crecimiento económico y de bienestar de la humanidad. [1] Continuará…
Las migraciones humanas se remontan a los orígenes de la humanidad. Si el “Homo Sapiens” no hubiese emigrado de África, no existiríamos los europeos. Más recientemente, la oleada migratoria desde 1870 a 1913 movilizó al 7% de la población mundial de aquel momento. La actual oleada migratoria en la que estamos inmersos ha movilizado, hasta el momento, 196 millones de personas, que representa “sólo” un 3% de la presente población mundial, es decir, menos de la mitad de lo que aconteció hace un siglo, dirigida principalmente hacia América.
El principal país que ha acogido a un mayor porcentaje es EE.UU. (con 38,4 millones que suponen 20,2% del total desplazado). Le siguen Rusia (12,1 millones, 6,4%), Alemania (10,1 millones, 5,3%), Ucrania, Francia, Arabia Saudita, Canadá, India, Reino Unido, España (4,8 millones, 2,5%), Australia, Pakistán, Emiratos Árabes, Hong-Kong, Israel, Italia,… Nuestra posición es mediana, como el décimo Estado que ha recibido más emigrantes, si bien este crecimiento ha sido dinámico en los últimos años, pasándose en sólo 6 años del 2% al 9% de extranjeros entre nuestra población.
Esta realidad, unida a la demagógica utilización partidista de este fenómeno, ha hecho saltar las alarmas: Hoy la emigración es el problema que más preocupa a la opinión pública española… La dramática llegada televisada de pateras a Andalucía o cayucos a canarias ha contribuido a ello. Se ha olvidado que hace seis décadas, otros periódicos recogían noticias ilustradas con fotos bajo titulares de “Apresados 160 inmigrantes ilegales… canarios en Venezuela”.
Sucede que nos hemos olvidado, quizá porque algunos quieren que olvidemos, que hemos sido un país pobre, y conflictivo, que ha generado una inmensa emigración, hasta hace pocos años. Todavía más de 1.100.000 españoles son emigrantes. El hecho de que España (o Euskadi) haya dejando de “exportar” emigrantes, para “importar” inmigrantes es el signo más evidente del progreso presente y permite vislumbrar un prometedor futuro,… que constituye el auténtico ‘efecto llamada’. A pesar de las críticas y del desenfoque con que se ha abordando este fenómeno, la emigración será INEVITABLE, aumentará… y es NECESARIA…… para mantener el crecimiento de la economía y el nivel de bienestar que disfrutamos en los países ricos del planeta.
La emigración es inevitable por el inmenso desequilibrio que se va a producir en el crecimiento demográfico entre países ricos y pobres. Durante la primera mitad de este siglo XXI se estima que la población mundial pasará de 6.540 a 9.076 millones de seres humanos. Este incremento de 2.536 millones se repartirá del siguiente modo: Sólo 22 millones en los países desarrollados, 1.556 millones en los países poco desarrollados y los restantes 958 millones en los países muy poco desarrollados. ¿Alguien puede pensar que esos 2.514 millones del “tercer mundo”, unas 40 “Españas” se quedarán a vivir en países muy pobres (o las 3.000 “Euskadis” de países poco desarrollados) permanecerán en casa… mientras nosotros disfrutamos de un alto nivel de vida que, además, nos va a diferenciar cada vez más de los habitantes de esos pobres países?
La emigración aumentará en volumen por el “efecto llamada”, porque la separación en renta (y calidad de vida) entre los países ricos y pobres se acrecienta, y porque los países pobres cada vez tienen más población.
La emigración es necesaria y aún lo será más para sostener el ritmo de crecimiento de los países ricos. Se calcula que los 25 Estados miembros de la Unión Europea necesitarán unos 50 millones de trabajadores para mantener su crecimiento futuro. Y los precisarán más acuciantemente aquellos países que tienen peores perspectivas demográficas… En este panorama, España es el Estado de la U.E. cuya población será más vieja en el futuro,… y la situación de Euskadi es aún peor. El envejecimiento de europeos, españoles y vascos es imparable: El porcentaje de mayores de 65 años en la proyección para el año 2050 señala que en España será del 36% (15% en 1995 y 17% en 2005), mientras que la media de U.E. será de ‘sólo’ el 30% (con los mismos datos de 1995 y 2005), habiendo países como Holanda o Luxemburgo cuya media será del 22% (13% en 1995 y 14% en 2005).
Se estima que España necesitará 4 millones de emigrantes más hasta el 2020 para cubrir las necesidades de población activa. El efecto económico beneficioso que produce la emigración lo hemos comprobado en los últimos años: El crecimiento de la economía española en la última década hubiera sido negativo (- 0.6% en el PIB) si no hubiera sido por la aportación recibida de la emigración (+ 3.2 % de PIB). Este efecto positivo se origina porque la emigración ha desarrollado muchos trabajos de baja cualificación y ha permitido incorporar a la población activa a centenares de miles de mujeres, liberándolas de las tareas domésticas.
A pesar de todo ello, a nuestra ciudadanía se le ha “vendido” una imagen muy negativa de la emigración. Se han propagado mensajes falsos, como que no son legales (o no deben serlo), no aceptan nuestra cultura, no pagan impuestos, abusan de nuestro sistema de protección social o aumentan la inseguridad,… Éste es un enfoque equivocado, injusto, insolidario y, muchas veces, xenófobo, que debe corregirse cuanto antes. Para ello… hemos de trabajar, con intensidad y acierto, en algunas áreas clave: educación y formación generalizada, integración social, ayudas al desarrollo e inversiones directas en los países pobres.
Ésta es una “cuestión de Estado”, cuyo correcto enfoque requiere aceptar una realidad que tenemos ya ante nuestros ojos: Nuestra sociedad se está transformando profundamente y comienza a ser plenamente multiétnica, plurilingüe e intercultural. Ello va a acondicionar favorablemente nuestro futuro económico, social y político, siempre que logremos evitar algunos riesgos[1] que podrían llegar a truncar el intenso y posibles crecimiento económico y de bienestar de la humanidad. [1] Continuará…
1 Comentarios:
Triunfó el Mejor
Triunfó el mejor hijo de puta, el que inunda el mundo de cromos llamados dólares que no tienen ningún respaldo y son sólo dinero del monopoly.
Hoy China tiene las mayores reservas de estos recortes de papeles de usa, que valen menos que un papel higiénico, con el agravante que si vuelca todo ese dineral al euro, lo hace remontar como una cometa y los chistes del soros con las divisas serían más ingenuos que los de jaimito.
Y durante todos estos años nos vendían la moto de que había triunfado el capitalismo, cuando el capitalismo sólo puede triunfar por la venta de armas, las guerras, las epidemias provocadas para favorecer el complejo petroquímico farmacéutico (igual que Hitler) y China es la que termina realizando la acumulación capitalista base del sistema triunfante.
Festejaron la caída del muro de berlin y construyen Muros de la Verguenza para impedir la inmigración.
Ante el derrumbe del dólar, Otro mundo mejor es posible !
By Pepe Gotera y Otilio, at 7:56 AM
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