- ¿También tú, hijo mío? "Kai su, teknon?" Julio César (Según Suetonio, César no dijo nada mientras moría, pero otros autores le atribuyen estas palabras en griego. La traducción latina, "Tu quoque, fili?", es apócrifa; otra versión, "Et tu, Brute?", se debe a Shakespeare)
- "¡Luz, más luz!" "Licht, mehr Licht! Johann Wolfgang von Goethe
- "Dios mío, ¿qué pasó?" Diana Spencer, princesa de Gales.
- Es ist gar nichts... es ist gar nichts... (no es nada... no es nada...)
Francisco Fernando Archiduque de Austria. Perdió la consciencia después de ser disparado en Sarajevo, y murió casi inmediatamente después de recuperarla. Das ist absurd! Das ist absurd! (¡Es absurdo!...¡Esto es absurdo!) Sigmund Freud
Lord Byron: Ahora yo me iré a dormir. Buenas noches.
"Amaos los unos a los otros" "Love one another" George Harrison, primera guitarra de The Beatles
"Apaguen la luz" Theodore Roosevelt
"Arderé no es sino un hecho. Seguiremos discutiendo en la eternidad" Miguel Servet a sus jueces en Ginebra.
"¡Ay, patria mia!" Manuel Belgrano
"¡Carajo, un balazo!" Antonio José de Sucre, tras ser disparado mientras cabalgaba en la jungla de Colombia. Se decía que era un caballero educado que nunca había maldecido hasta ese día.
"¡Dispárame en el pecho!" Benito Mussolini
"He arado sobre el mar." Simón Bolívar Nota: Al menos, fueron unas de sus últimas palabras. Según otras fuentes, lo último que dijo antes de morir fue "Vámonos de aquí. Esta gente no nos quiere."
"Juana de Arco, no" Buster Keaton Nota: Ante su lecho de moribundo, alguien sugirió tocarle los pies para saber si ya había muerto; explicó que los difuntos tienen los pies fríos. Keaton dijo entonces sus últimas palabras, confirmando su genial sentido del humor, y murió.
"¡Magallanes, Magallanes...!" Bernardo O'Higgins
"Más totopos" Álvaro Obregón, segundos antes de ser asesinado en un restaurante en la Ciudad de México.
"Mira en qué paz puede morir un cristiano." Joseph Addison
"¡Mozart!" Gustav Mahler
"Muero por la libertad de América" José Miguel Carrera
"No" Alexander Graham Bell
"No más." Fréderic Chopin en su agonía por tuberculosis.
"¿Por qué no?, despues de todo le pertenece" Charlie Chaplin
"¡Qué gran artista perece (conmigo)!" "Qualis artifex pereo" Nerón
"¡Qué pérdida irreparable!" Augusto Comte
"¿Quién anda ahí?" Otra versión: "¿Quién es? ¿Quién es?" Billy el Niño Nota: Aunque el idioma materno de Billy era el inglés, sus últimas palabras fueron en español.
"¡Qué pena morir, cuando me queda tanto por leer!" Menéndez Pelayo
"Quiero dormir..." George Bernard Shaw
"Se abrirán las grandes Alamedas" Salvador Allende
"Sé que has venido para matarme. Dispara cobarde, que sólo vas a matar a un hombre." Che Guevara
"Señor, ayuda a mi pobre alma" o "Que Dios se apiade de mi pobre alma." Edgar Allan Poe
"Tengo un terrible dolor de cabeza" Franklin Delano Roosevelt
"Vete... estoy bien" H. G. Wells
"¡Viva Andalucía libre!" Blas Infante
"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero." Ramiro de Maeztu
"Yo sé en quien he creído" Ellen Gould White en el lecho de muerte, profetisa de la Iglesia Adventista del 7º Dia...
¡Hay que meter la cortina de la ducha por dentro! Richard Hilton, dueño de la cadena de hoteles Hilton, a uno de sus trabajadores
"Déjenme ir a la casa del Padre" en polaco. Nota: Los días inmediatos a la muerte de Juan Pablo II (2 de abril de 2005), se difundió en varios medios de comunicación que "Amén" había sido su última palabra. Días más tarde, desde el Vaticano se declaró que sus últimas palabras habían sido .
"Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?" Nota: Palabras de Jesús de Nazaret antes de morir según los evangelios de san Marcos y san Mateo, aunque no serían las últimas, ya que el evangelio recoge más declaraciones de Jesús después de su resurrección. Es una cita del primer versículo de la oración del justo agonizante del Salmo 21 (22).
"Todo se ha cumplido." Palabras de Jesús de Nazaret antes de morir según el evangelio de San Juan.
"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu." Nota: Palabras de Jesús de Nazaret antes de morir según el evangelio de san Lucas, aunque no serían las últimas, ya que el evangelio recoge más declaraciones de Jesús después de su resurrección. Es una cita del versículo 6 del salmo 31 (ó 30).